UNA MAÑANA CUALQUIERA DESPERTÉ
Mi mañana empezó con la escena de dos mujeres afanadas por darle mantenimiento a un lugar mágico, donde había bancas para descansar, arboles muy grandes inyectados de veneno, que reflejaban una hermosa luz que alumbraba el entorno, pero aun así no dejaban de estar envenenados. Una fuente preciosa que te transportaba al centro del amazonas al respirar de ella ese tierno aire primaveral, susurros de pájaros que armonizaban el ambiente, un señor detenido por el temor que evidenciaba al ver esos horrendos hechos delictivos que presentaban las hojas de aquel periódico que sostenían sus manos, al terminar hizo un suspiro profundo doblo aquellos hechos delictivos y lo uso de cabecera para tomar una siesta, despedí la mirada de aquellos personajes y ese hermoso paisaje, remití los pensamientos a mi conciencia y comenzó el acto ceremonial de aquellos sordos ciegos y mudos, más bien el espectáculo donde el ciego veía detenidamente al sordo que escuchaba muy concentrado al mudo que hablaba ...